Montcada i Reixac

Y dice la leyenda que hace varios siglos se dirigía el arzobispo de Tarragona de camino a Roma, acompañado de un sacerdote que le otorgaba gran lealtad. El polvoriento camino reseguía el primitivo camino romano que aún se utilizaba como principal vía de comunicación. 

Fue al llegar a Montcada, en un prado conocido como Matabous, cuando fue interceptado por el noble Guillem Ramon de Montcada que bajó del castillo que coronaba el cerro que había en la zona, raudo y veloz con su caballo. 

Cordialmente se dirigieron algunas palabras y tras el transcurso de la conversación, sin mediar apenas más palabras, el caballero desenfundó su espada y la blandió contra el clérigo hiriéndolo mortalmente, quedando el pobre arrodillado ante el noble. 

- Cof, cof.- Tosió el arzobispo.- Os pido que me dejéis confesar.- Solicitó éste con la mano taponando su herida. 

- Hacedlo.- Respondió el caballero altivo. 

El arzobispo se confesó con el sacerdote que le acompañaba, en tanto el caballero, en muestra de discreción se alejó de la escena acariciando el lomo de su caballo que pacía relajadamente un poco más allá. 

Todo parecía en paz cuando terminada la confesión el caballero volvió junto al arzobispo. 

- ¿Estáis en paz con Dios? - Inquirió el caballero. 

- Sí.- respondió el aezobispo.- a la vez que besaba su cruz pectoral. 

Sin apenas pestañear el noble caballero blandió de nuevo la espada y tras un par de mandobles bien ejecutados, acabó con la vida del arzobispo. No contento con ello que esparció los sesos de éste por el prado de Matabous. 

PREGUNTA - ¿Dónde se encuentra el Pla de Matabous? Emoticón smile